El idioma español en el mundo
Sabemos que la lengua española es una de las lenguas con mayor número de hablantes y con una más amplia difusión geográfica. Sin embargo, la imprecisión de las fuentes en esta materia y las desiguales definiciones a que se presta la misma concepción de hablante de una lengua, dan lugar a una gran variedad de cómputos, que se puede comprobar fácilmente acudiendo a los abundantes estudios, anuarios o enciclopedias que recogen datos de este tipo. Muchos de los datos recogidos y elaborados por numerosas instituciones toman como fuente la Enciclopedia Británica [Britannica (Book of the Year)], que contiene una sección estadística destinada exclusivamente a las lenguas, y que utiliza para sus estimaciones una gran variedad de fuentes nacionales e internacionales, incluyendo el Anuario Demográfico de Naciones Unidas. Hay sólo 12 lenguas que superen los 100 millones de hablantes: chino mandarín, inglés, español, hindí, bengalí, árabe, portugués, ruso, urdú, japonés, penyabí, alemán. Según estos estudios, el número de hablantes de español en el mundo ronda los 380 millones de personas. Es la tercera lengua del mundo en hablantes (tras el chino mandarín —885 millones— y el inglés —440—) y en número de países (una veintena) donde es lengua oficial.
Por extensión de su territorio figura en cuarto lugar. Si hablamos de las superficies de los países donde cada lengua es oficial en miles de km2, según el BBY, el español es la cuarta lengua más extendida en el mundo, después del inglés, francés y ruso en una superficie de 11.990 km2 que ocupa un porcentaje del 8,9 de la superficie emergida mundial. Se trata, con mucho, del idioma romance más extendido (por delante del portugués y el francés), con cerca de 380 millones de hablantes repartidos por los cinco continentes, aunque concentrados fundamentalmente en el amplio territorio americano que se extiende desde Méjico (o México) hasta Tierra del Fuego. El español constituye la lengua nacional de carácter oficial en los siguientes países: México (en donde existen 97.563.000 hablantes), España (39.244.000), Colombia (37.418.000), Argentina (35.798.000), Perú (24.950.000), Venezuela (22.396.000), Chile (14.508.000), Ecuador (11.691.000), Guatemala (11.558.000), Cuba (10.999.000), República Dominicana (8.228.000), Bolivia (7.670.000), Honduras (5.751.000), El Salvador (5.662.000), Paraguay (5.652.000), Nicaragua (4.386.000), Costa Rica (3.534.000), Uruguay (3.262.000), Panamá (2.693.000) y Guinea Ecuatorial (442.516). En algunos de ellos se hablan también otras lenguas locales (algunas de las cuales poseen igualmente carácter oficial), aunque en la mayoría de los casos se trata de una situación de bilingüismo en la que el español posee el mayor peso específico. En Puerto Rico, a pesar del fuerte influjo del inglés, la mayoría de sus 3.818.000 habitantes emplean el español para comunicarse. Por otro lado, existen importantes comunidades de hispanohablantes en EE.UU. (con casi 20 millones, y es lengua co-oficial en el estado de Nuevo México junto con el inglés), Filipinas, Australia, Marruecos, Sáhara Occidental, Belice, etc.
Además, hay que considerar por su trascendencia y creciente expansión la población en Estados Unidos (donde no es oficial): hay ya 34 millones de hispanohablantes, lo que representa casi el 20% de la población. Su origen es vario. Tradicionalmente parte del actual territorio de los Estados Unidos fue de poblamiento hispano y perteneció a la corona española o a México (partes de California, Nuevo México, Texas, Arizona, etc.) Igualmente hispana fue la conquista y colonización de partes del actual territorio estadounidense. La inmigración de población de habla española en territorio de los EE.UU. se ha producido de forma continuada desde la segunda mitad del siglo pasado. La población de origen y habla hispanos en Estados Unidos está creciendo de modo abrumador, en especial en determinadas regiones (California, Florida, etc.) En la actualidad el español es la lengua más hablada en EE.UU. después del inglés (y la más estudiada en los departamentos universitarios de lenguas), y las colonias de habla hispana de ciudades como Los Angeles, Chicago o Nueva York son enormes. Los estudios latinoamericanos o chicanos son también de los que más crecen en la actualidad y de los que mayor número de estudiantes atraen a las universidades. Millones de personas estudian español en todo el mundo. Unos 40 millones de hispanohablantes usan habitualmente Internet (de ellos, una quinta parte en España) lo que constituye algo más del 6% de los usuarios en el mundo, detrás del alemán, japonés, chino y, especialmente, del inglés. Por detrás del español se sitúan inmediatamente el francés, el coreano, el italiano, el portugués y el holandés. En presencia de medios de comunicación en la red, el español tiene un buen lugar: el segundo, tras el inglés.
Pero éstos no son los únicos criterios para medir la fuerza de nuestra lengua. En número de obras traducidas a otras lenguas, el español quedaría en séptimo lugar. Con un 6% de la población mundial, produce menos del cinco por mil de las publicaciones de ciencia y tecnología (el francés, con un 2% produce un 11 por mil).
Aunque el número de hispanohablantes en el mundo es claramente inferior al de los anglófonos y notablemente superior al de los hablantes de francés, estas dos lenguas crecen muy poco más que el español, quizá por las posibilidades de expansión que les proporciona su oficialidad en países de elevadas tasas de crecimiento de la población.
Podemos resumir en seis puntos las características de la lengua española, como sistema lingüístico y como vehículo de comunicación de una amplia comunidad:
1.El español es una lengua de cultura de primer orden; huelga todo comentario sobre la historia, la calidad y la riqueza de la literatura española e hispanoamericana.
2.El español es un idioma relativamente uniforme que ofrece un riesgo reducido de fragmentación. Esto es debido a la simplicidad de su sistema vocálico (5 elementos), la amplitud del sistema consonántico compartido por todo el mundo hispánico, la dimensión del léxico patrimonial compartido (léxico fundamental) y la comunidad de una sintaxis elemental.
3.Es asimismo una lengua geográficamente compacta: la mayor parte de los países hispanohablantes ocupa territorios contiguos, lo que convierte este dominio en una de las áreas lingüísticas más extensas del mundo.
4.El español es una lengua en expansión; el aumento del número de hablantes ha sido continuo desde la época de la colonización americana, si bien el mayor crecimiento demolingüístico se ha producido a lo largo del siglo XX.
5.El español es una lengua internacional; tiene un carácter oficial y vehicular en 21 países del mundo.
6.Aunque la zona geográfica correspondiente al mundo hispánico incluye grandes zonas bilingües o plurilingües, asegura un índice de comunicabilidad muy alto (el español sirve de medio de comunicación en toda la sociedad) y un índice de diversidad bajo o mínimo (probabilidad de encontrar dos hablantes elegidos al azar, que hablen lenguas diferentes), índices que cobran una importancia especial cuando se comparan con los de territorios no hispánicos.
Como se ve, la lengua española se caracteriza por su homogeneidad lingüística, especialmente en sus niveles más cultos. Consideraremos como manifestaciones de la "lengua española" todas sus variedades dialectales —europeas, americanas y africanas— e incluiremos aquí las hablas criollas de base hispánica, así como las variedades judeo-españolas distribuidas por varios lugares del mundo.
Francia y Reino Unido son también otros dos países con un alto grado de homogeneidad lingüística a pesar de las importantes minorías de inmigrantes (magrebíes en Francia, asiáticos en el Reino Unido) y de los recientes procesos de descentralización (especialmente en el Reino Unido).
El español es una lengua de cultura. Internacional, homogénea, extensa y compacta, merece una política lingüística que contribuya a mantener estos atributos, en beneficio de la propia lengua y de sus hablantes como individuos.
¿Qué podemos hacer?
·Reforzar la calidad de su enseñanza (a extranjeros y nativos),
·mejorar las herramientas (informáticas o no) que nos ayuden a conocerla y manejarla,
·y velar por su unidad terminológica y convencernos de la importancia económica y estratégica de dominar los aspectos de ingeniería lingüística.
·Reforzar la calidad de su enseñanza (a extranjeros y nativos),
·mejorar las herramientas (informáticas o no) que nos ayuden a conocerla y manejarla,
·y velar por su unidad terminológica y convencernos de la importancia económica y estratégica de dominar los aspectos de ingeniería lingüística.
Un aspecto vital, según José Manuel Blecua, sería una coordinación general de la política científica lingüística, actualmente dispersa entre universidades, empresas y diversos organismos (CSIC, Real Academia, Instituto Cervantes) que se afane por hacer de una lengua extensa una lengua rica y dotada de medios.
Constatada su presencia internacional de primer orden, es el momento de promover e impulsar políticas lingüísticas encaminadas a acrecentar el prestigio cultural, científico y tecnológico de los países hispánicos y, por tanto, de la lengua española. Sería aconsejable que se llegara a un acuerdo entre todos los países hispanohablantes con la mirada puesta en una planificación del español, que podía buscar, como objetivos comunes y esenciales, los siguientes:
·Favorecer la unidad, el enriquecimiento y la actualización de la lengua española.
·Garantizar el derecho a la comunicación en español en situaciones públicas en los países hispanohablantes.
·Proteger el derecho a hacer un uso correcto y prestigioso de la lengua española.
·Favorecer la unidad, el enriquecimiento y la actualización de la lengua española.
·Garantizar el derecho a la comunicación en español en situaciones públicas en los países hispanohablantes.
·Proteger el derecho a hacer un uso correcto y prestigioso de la lengua española.
Es innegable que al declararse una lengua oficial se convierten de inmediato los habitantes de un país en hablantes de esa lengua, ya que las decisiones políticas pueden tener indirectamente o a mayor plazo influencia sobre la distribución lingüística de la población, en particular si esas decisiones atañen a la lengua principal de la enseñanza o al uso de las lenguas en la administración pública.
3 Comments:
Para hablar de "español" (o de cualquier otra lengua) con un mínimo rigor hay que definir qué se entiende por "español". Por mucho que uno diga, si en realidad no sabe nada del asunto del que habla (como se demuestra por la falta de definición del meollo de la cuestión: qué es el español, científicamente hablando) no hay prospectivas ni planificaciones que valgan, porque trabajarán sobre la ignorancia y el prejuicio.
Ciéntificamente hablando te podría decir que eres un poco "zoquete" y te lo entrecomillo y todo.
Veo que la crítica te va bien. deberias de explicar tu teoría "cientifíca",la cual dices que es mejor que la del emisor. Deberias de haber dado datos ya que critícas que el no lo hace y tú caes en el mismo error.Le llamas zoquete,cuando me parece a mí que el anónimo es un "crítico" bastante más zoquete que el emisor del tema en cuestión.
Lo que siento es no haber visto antes este blog.
Victor.A
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