Polémica por una escultura
Una controvertida escultura que muestra a un príncipe Harry de Inglaterra muerto y vestido con uniforme del Ejército está causando un enorme revuelo en Gran Bretaña. La obra, que será expuesta próximamente en Londres, ha sido realizada por un artista norteamericano en homenaje a aquellos a los que les hubiera gustado combatir en Irak.
Familiares de soldados caídos en Oriente Medio están indignados por esta obra. "Es enfermizo. Pienso que es absolutamente espantoso", comenta Carol Jones, de 62 años, cuyo hijo murió a los 31 años en Irak.
La escultura muestra a un soldado parecido al príncipe, recostado de espaldas, con la cabeza sobre una Biblia delante de una bandera británica. Su arma está en la pistolera. Y un buitre sobrevuela el cadáver.
"La escultura no sólo es de mal gusto, sino que además es un muy mal servicio a todos aquellos hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas que dieron su vida en la Guerra de Irak", sostiene Robert Lee de la Royal British Legion, que se ocupa de los veteranos y de la memoria de los caídos.
El escultor Edwards ya causó revuelo en el pasado con otras esculturas de famosos. Entre otros, creó una estatua en tamaño real de Britney Spears dando a luz. Con una escultura del cadáver desnudo de Paris Hilton quiso advertir a los adolescentes estadounidenses de las consecuencias de abusar del alcohol. También una figura de Fidel Castro en su lecho de muerte causó polémica.
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