martes, junio 24, 2008

Le bassin aux nymphéas

Un lienzo de la famosa serie 'Nenúfare' de Claude Monet (1840-1926) acaba de batir el récord en subasta del pintor impresionista al venderse por 40,9 millones de libras (51,6 millones de euros) en una puja de la casa Christie's de Londres, Reino Unido.

Le bassin aux nymphéas

La obra, de un metro por dos, fue pintada por Monet en el año 1919, hacia el final de su carrera, en Giverny, su lugar habitual de residencia la mayor parte de su vida, y es, según la casa de subastas, el trabajo más significativo dedicado a esas flores que se ha ofrecido hasta ahora en Europa.
'Le bassin aux nymphéas', que tenía un precio estimado de entre dieciocho y veinticuatro millones de libras pulveriza así la anterior marca del artista parisiense establecida en mayo del presente año por 'Le Pont sur le chemin de fer d'Argenteuil', que se vendió en Nueva York, Estados Unidos, por 37 millones de dólares.
A lo largo de su vida, Claude Monet, que tuvo una vida de penuria económica, hasta el punto de que llegó a intentar suicidarse por las dificultades que atravesaba, reflejó en numerosísimas obras sus adorados nenúfares, aunque en cuadros de menor tamaño, antes de embarcarse en 1914 en una serie sobre ese tema en lienzos de mayores dimensiones. Esas pinturas darían paso a sus Grandes Decorations, los célebres paneles decorativos que ahora se exhiben en el Museo de la Orangerie en París y que el pintor ofreció a Francia tras el armisticio de la I Guerra Mundial, en 1918.
La obra ahora subastada es una de las cuatro que el artista firmó y fechó en 1919. De las otras tres que componen la serie, una está en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, otra fue vendida en 1992 por la entonces abultada cifra de 12,1 millones de dólares y la tercera fue tristemente partida en dos.
Sobre Monet los hay que sostienen que el cambio de estilo que acusó en sus últimos años de vida no responde a una evolución hacia el arte abstracto o expresionista, como defienden muchos críticos de arte, sino a las afecciones oculares que sufrió con la edad. (Monet padeció cataratas.) "Su época más abstracta coincide con los años en los que veía tras el filtro borroso y amarillento de la enfermedad", dice de él el científico Michael F. Marmor, profesor de Oftalmología de la Universidad de Stanford e hijo de coleccionistas de arte. "Tras ser operado, volvió a su estilo anterior". La cuestión no es tanto que el pintor viese el mundo distinto y por eso pintase raro, sino que sabiendo que ya no veía bien, trató de compensarlo en su obra. La ironía: "Al mirar sus cuadros no era capaz de juzgar si lo que acababa de pintar era, de hecho, lo que quería haber pintado", dice M.F. Marmor. Las cataratas le privaron de su sutil paleta de colores visual, esencia de su estilo. Monet lo compensó a ciegas. "Al final escogía los colores por la etiqueta y cuando se operó destruyó muchos de los cuadros de ese periodo", asegura.