miércoles, noviembre 08, 2006

EL BOSCO Y LA TRADICIÓN PICTÓRICA DE LO FANTÁSTICO

El libro 'El Bosco y la tradición pictórica de lo fantástico' (Galaxia Gutemberg/Círculo de Lectores) reúne las últimas investigaciones realizadas entorno a la obra y la figura del pintor. La edición recoge 17 estudios elaborados desde disciplinas diferentes al análisis pictórico o artístico que amplían al lector el conocimiento de El Bosco desde visiones como la psiquiatría, la música, la iconografía o la antropología, entre otras.
La obra ha sido presentada en Madrid por el catedrático de Historia del Arte de la Universidad Complutense y miembro de la Real Academia de las Artes de San Fernando, Francisco Calvo Serraller. El catedrático explica que el libro es ya "una obra de referencia esencial para conocer a El Bosco" y destaca que el actual interés por este pintor reside en que "las cosas que le preocupaban a El Bosco son las mismas que preocupan al mundo actual".
'El Bosco y la tradición pictórica de lo fantástico' tiene su origen en el ciclo de conferencias que organizó este año la Fundación de Amigos del Museo del Prado y que reunió a destacados especialistas nacionales e internacionales, que más tarde ampliaron y adaptaron los textos para su edición impresa. Entre ellos se encuentran el psiquiatra Carlos Castilla del Pino, el filósofo Ignacio Gómez de Liaño, el director del Coro de Monjes Benedictinos de Santo Domingo de Silos, Ismael Fernández de la Cuesta y el historiador inglés Walter S. Gibson, entre otros.
El Bosco se ha convertido, según Calvo, en una "figura incuestionable" dentro de la historia del arte occidental. La colección más extensa de sus obras pertenece al Museo de Prado y es su cuadro más famoso, el tríptico de 'El jardín de las delicias', "el más visitado junto con 'Las Meninas'". El interés actual que existe sobre la figura y la obra de El Bosco "ya lo reveló el propio pintor en su tiempo", afirma Calvo.
Un tiempo, el de finales del siglo XV y principios del XVI, en el que Europa vivía la ruptura de la unidad cristiana que produjo una "fuerte crisis y una gran convulsión". El Bosco, un pintor que "nunca viajó por la Europa de su tiempo" y que permaneció durante toda su vida en su región natal del ducado de Bravante, cerca de Amberes optó, ante este tiempo de paso de numerosas corrientes ideológicas, por emprender "el viaje más importante", declara el historiador.
El Bosco emprendió en su vida "el viaje interior" que reflejó en sus obras como una "radiografía del hombre, de sus sueños, y de sus quimeras". Esta dimensión del pintor la resume Calvo como una "intimidad hacia fuera" que resulta un testimonio de la ansiedad colectiva que se vive de puertas para adentro en los momentos convulsos de la historia de la humanidad.
El éxito de la obra y el aumento de los estudios en torno a la figura de El Bosco en la actualidad, ha llegado "cuando el hombre se ha dado cuenta de la dificultad de mantener la independencia individual ante las diversas fuerzas exteriores". Ese proceso y su llegada hasta hoy ha provocado que "estemos capacitados para entenderle", concluye el catedrático.