miércoles, enero 17, 2007

Otra forma de arte literario, La Pluma Eléctri*k

La Pluma Eléctri*kEn un pequeño rincón del mestizado barrio de Lavapiés (Madrid, España) la delgada línea que separa arte y literatura se torna casi invisible. El arte lo es todo. Aquí donde un carro de la compra se convierte en expresión, aquí donde la 'basura' alcanza su derecho de ser convertida en arte literario.
Es en esta casa-taller-museo viviente —como ellos lo definen— donde Diego Vasko, un porteño adoptado por Madrid, y Aïda Gómez, una madrileña adoptada por Lavapiés, dieron forma hace ahora dos años al primero de sus libros-objeto, alumbrando con él a La Pluma Eléctri*k, una editorial artesanal y literaria que crea libros cuyas portadas, hechas a mano, son únicas e irrepetibles.
Un billete de metro, un viejo módem, un bote de champú, un roído vaquero o una caja de un invernal medicamento le sirven a esta pareja de vanguardistas para fabricar cada nueva portada en su constante búsqueda de la experimentación con todo tipo de materiales, con el fin de que cada obra resulte original, irreverente, delirante y creativa.
Ambos, pero de forma individual, fabrican cada portada, y, aunque admiten comentarios del otro, reconocen que es mejor que sea algo particular: "Alguna vez nos hemos metido en el trabajo del otro, y no resultó bueno", afirma Aïda, la chica 'agitadora' de La Pluma, cuyas creaciones minimalistas y sensibles son fáciles de reconocer. "Cada creación nace de un momento, de un estado y una sensación, y cuando llega, llega, y no se puede pretender que nos ocurra al mismo tiempo", comenta Diego, este joven escritor que convierte cada palabra en movimiento.

La Pluma Eléctri*k

Cada uno de los casi 500 ejemplares fabricados alberga en su interior uno de los 11 imaginativos y provocadores relatos escritos por Diego, que usa el delirio y la locura en cada una de sus obras, en un intento de reclamar así su "derecho a la locura".
'Bailando en la jungla de cemento', 'La desagradable condena de una mariposa fea', 'Recuerdos de mi primera muerte' o 'El hombre sin sentido', entre otros, son narraciones que distan mucho de los 'best-sellers' comerciales que masifican las estanterías de las medianas y grandes librerías, donde la literatura actual rezuma grandes dosis de comerciales criterios como marketing, ventas, rentabilidad o beneficio. Sin embargo, con cada obra de La Pluma Eléctri*k, que lucha por convertirse en un movimiento y un rasgo generacional, se es poseedor de un instante irrepetible, de un momento en el que el talento, la creatividad, la imaginación, la locura, la provocación y el arte se aunaron para dar vida a cada libro sin clon, a cada portada sin par.
Estas piezas únicas de la literatura y el arte ya no sólo se venden en librerías de Madrid, Santander, Vigo, Bilbao o Barcelona, sino que han traspasado fronteras geográficas, las únicas que les restaban, y gozan de gran éxito en la 'hipermoderna' Berlín.
Ahora, con motivo de su segundo aniversario, que se cumplirá el 19 de febrero, La Pluma Eléctri*k organiza una serie de actividades en la capital, como una exposición de nuevas creaciones en Traficantes de Sueños, una librería sita en la calle Embajadores 35, o la presentación de su programa de radio, del que se ocupa Aïda, que estrena una nueva forma de emisión a través de la Red.
Con cada una de sus acciones, sus creaciones y sus nuevos e ilimitables proyectos, los padres de La Pluma Eléctri*k proponen, como ellos afirman, "el delirio como acción, la imaginación como guía y la locura como motor creativo".