Aprender a hacer momias
Los interesados en los cultos mortuorios precolombinos de Perú tienen la oportunidad de aprender a hacer momias, con ejercicios prácticos incluidos, gracias a un cursillo que se imparte en el Museo de la Nación, en Lima.
La idea partió de la socióloga y pedagoga Pilar Appiani, la cual explica que le surgió "de modo casual" debido a la insistencia de su hijo en preguntar el cómo y el porqué de los enterramientos de los antiguos Paracas, una civilización pre-incaica que floreció en la costa de lo que hoy es Perú.
El curso '¿Cómo se hace una momia?' se imparte en paralelo a la exhibición de las Momias de los Chachapoyas, conocidos como los 'hombres de las nubes', con el objetivo no sólo de acercar al público el antiguo Perú, sino pensando en que los alumnos "sientan el museo como un espacio cercano", indica su creadora.
El curso instruye en el significado de la muerte en las antiguas culturas con el fin de que entiendan que eran "entes sagrados que guiaban a sus comunidades en lo religioso y lo moral".
Las clases se dividen en grupos y cada uno de ellos debe elaborar en cerámica la figura de algún tipo de personaje, como un 'curaca' (jefe de pueblo o aldea), un contador de 'quipus' (nudos que servían para la contabilidad), una tejedora o un recolector de aves.
La figura en cerámica es recubierta después de telas que deben colorear los alumnos siguiendo los patrones tradicionales y finalmente es "enterrada" con objetos (comida, vasijas, plumas de animales, artefactos de paja) que brinden pistas sobre quién fue el difunto en vida.
En el curso que se imparte actualmente hay alumnos de edades entre los 7 y los 45 años. El pequeño Sebastián, de 7 años, dice que ahora enseñará a sus compañeros de escuela a hacer momias, que, según reconoce, hasta ahora le "asustaban bastante". Bertha Quiróz, de 38 años, califica de "muy interesante" la iniciativa porque "acerca más allá que cualquier lectura a la historia peruana".
Desde tiempos prehispánicos, las culturas de lo que hoy es Perú consideraron a la muerte como una nueva etapa de la vida, a la que se trasladaban sus líderes en forma de momias junto a sus bienes, familiares y animales.
Las momias se convertían así en objetos de culto y consulta de los pobladores de las culturas Paracas, Moche, Chachapoyas, Huamachuco e Incas, que los enterraban en lugares inexpugnables para salvarlos de sus posibles enemigos.
Desde los años ochenta se han descubierto en Perú las tumbas del 'Señor de Sipán', la 'Señora de Cao' o las 'momias en Leymebamba y Huamachuco', donde se hallaron numerosos objetos de oro y piedras preciosas.
El 'Señor de Sipán', calificado como el Tutankamón de América, es considerado como uno de los grandes hallazgos arqueológicos del siglo XX y en 1988 fue catalogado por National Geographic de Estados Unidos como "la tumba más rica del Nuevo Mundo".
El último descubrimiento, hecho público el año pasado, fue el de la 'Señora de Cao', en el yacimiento del Brujo o Cao Viejo, ubicado a unos 700 kilómetros al norte de Lima. En la parte superior de una pirámide se encontró la tumba de una mujer de entre 20 y 25 años y una altura de 1,45 metros, con el cuerpo tatuado de serpientes y arañas y cubierto por collares de oro, plata, lapislázuli, cuarzo y turquesa. Este hito ha revolucionado a la arqueología peruana, porque demuestra que aquella cultura pudo ser matriarcal.
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