domingo, febrero 04, 2007

Está tan bien conservada que hasta luce "un escupitajo" la momia de la 'Señora de Cao'

Señora de CaoLa momia de la "Señora de Cao" de 1.700 años, descubierta en Perú, y que es "uno de los mayores hallazgos en los últimos tiempos", se conserva tan "sumamente bien" que en uno de sus vestidos se aprecia el "escupitajo" del enterrador, costumbre esa del salivazo común en ceremonias fúnebres de la cultura Moche.
Así lo indica el director del proyecto arqueológico El Brujo (donde fue descubierta la momia), que se trata del arqueólogo Régulo Franco, quien además es miembro de la Fundación Wiese a cargo de la financiación y la gestión del yacimiento, y esta semana realizó una visita de trabajo a Madrid (España) para impartir una conferencia sobre los últimos hallazgos en el yacimiento.
El arqueólogo explica que la momia de esta gobernante de la cultura Moche o Mochica, cuyo poder religioso y político lo confirma el lujo de los adornos y vestidos que acompañan al fardo funerario, se descubrió en Perú en 2005, en el valle de Chicama, en el lugar mismo de su enterramiento, es decir, en el interior de la pirámide funeraria, lo que resulta "una proeza" teniendo en cuenta los muchos actos de pillaje y robo de restos arqueológicos en la zona. El complejo arqueológico El Brujo se levanta en el distrito de Magdalena de Cao, en el Departamento de la Libertad, a unos 700 kilómetros al norte de Lima y a unos 60 kilómetros al norte de Trujillo.
Según el experto, el fardo funerario en donde se incluía el cadáver envuelto con una larga tela y acompañado de lujosos adornos, confiriendo al conjunto un peso de unos 100 kilos, se encuentra en "muy buen estado de conservación", gracias a que la pirámide funeraria en la que se depositó fue construida sobre una elevada meseta, que mantuvo el lugar siempre aislado de las aguas marinas.
En aquella época, explicaba el arqueólogo, en las ceremonias fúnebres "se lanzaban sobre el muerto salivazos con chicha (sustancia considerada sagrada), y esa práctica aún la mantienen los chamanes". "La chicha escupida es claramente visible en las placas del metal de uno de los vestidos de la mujer, incluso se ven marcas de las gotas del salivazo, que chorrea", detalla el experto.