viernes, febrero 27, 2009

La oreja de Van Gogh

Resulta inevitable que cada cierto tiempo surja algún investigador con nuevas teorías sobre los mitos de la estética contemporánea. Ahora es el turno de Rita Wildgans y Hans Kaufmann, que vienen con la novedad de que Van Gogh no se cortó la oreja sino que la perdió en una pelea con Gauguin. Así, 'Van Goghs Ohr. Paul Gauguin und der Pakt des Schweigens' ('La oreja de Van Gogh. Paul Gauguin y el pacto del silencio'), es el título de un libro publicado por la editorial Osburg que ofrece una nueva versión de los hechos acontecidos en Arles (sur de Francia) en diciembre del año 1888 donde los dos autores argumentan a partir de una serie de dudas que apartan la versión generalmente aceptada de los hechos, repetida hasta la saciedad y que ha sido representada incluso en multitud de películas y obras de teatro.
Según el libro, la base de esa argumentación es el testimonio dado por Gauguin a la policía. Según esa versión, Van Gogh, en un ataque de locura, se habría cortado la oreja izquierda con una navaja de afeitar y luego habría ido con ella a un burdel para entregársela a una prostituta y encomendarle que cuidase bien de ella. Al día siguiente, Van Gogh fue encontrado, bañado en sangre, en su cama y trasladado a un hospital cercano. Sin embargo, Wildgans y Kaufmann consideran que la historia está llena de detalles difíciles de creer que les llevan a la conclusión de que Gauguin mintió a la policía, para disimular el papel clave que él había tenido en los acontecimientos de la noche anterior.
Ante todo la idea de un Van Gogh ensangrentado, dando una caminata nocturna hasta un burdel a las afueras de Arles para entregar su oreja a una prostituta que no significaba nada especial para él para después retornar a casa es algo que los dos autores consideran del todo inverosímil. La versión alternativa parte de un enfrentamiento entre los dos amigos, generado por la decisión de Gauguin de abandonar Arles y regresar a París. Van Gogh le habría lanzado a Gauguin un vaso en un bar y luego le habría perseguido para tratar de persuadirle de que se quedara en Arles. En el enfrentamiento en la calle, Gauguin, que era un buen espadachín, habría desenfundado su daga y le habría cortado de un tajo la oreja a Van Gogh, no lejos del burdel donde posteriormente aparecería la misma y desde donde la policía siguió un rastro de sangre que le llevó hasta la famosa "casa amarilla" donde vivían Van Gogh y Gauguin. (Este último, sin embargo, tras la pelea había decidido pasar la noche fuera de casa.)
"Usted calla y yo también lo haré", fueron las últimas palabras de Van Gogh a Gauguin, lo que es interpretado por los dos investigadores como un pacto de silencio. Para sustentar esta hipótesis, los autores buscan rastros de un presunto sentimiento de culpa en textos y dibujos de Gauguin sobre cuya conciencia pesaría el haber precipitado a Van Gogh a la locura definitiva. Unos girasoles pintados en Tahití, como homenaje a Van Gogh, son uno de los indicios que alegan.
Seis meses después de dejar la oreja en el prostíbulo de las afueras de Arles, Van Gogh fue internado en un hospital psiquiátrico en Saint Remy. Más tarde, en mayo de 1890, sería trasladado a Auvers-sur-Oise, donde fue puesto al cuidado del médico Paul Gauchet. El 22 de julio del mismo año Van Gogh moriría a consecuencia de las secuelas dejadas por un intento de suicidio.