miércoles, octubre 12, 2011

El español por delante del inglés en hablantes nativos

El español es lengua oficial en veintiún países. En otros, como los Estados Unidos de América, está protagonizando un ascenso imparable, por ello, ya es posible afirmar que la lengua española es la segunda lengua del planeta por número de hablantes nativos y el segundo idioma de comunicación internacional, tan solo por detrás del chino y por delante del inglés en este aspecto. Más de 450 millones de personas hablan español, una cifra que irá en aumento: en 2030, el 7,5% de la población mundial dominará nuestro idioma, y alrededor del año 2050 EE.UU. se habrá convertido en el primer país hispanohablante del planeta. Y es que: “Amar la lengua es usarla”, se dice con frecuencia. Y el español –o castellano– es muy querido en el mundo, por ende, muy usado. (Clic en la imagen para agrandar).

Mapa uso lengua española

Todas las cifras precedentes están recogidas en el informe 'El español, una lengua viva', elaborado el pasado año por el Instituto Cervantes. Un documento optimista sobre la pujanza de nuestro idioma y que defiende que ahora, en el momento en que la sociedad global exige vivir en permanente contacto entre los más diversos lugares del planeta, todos los datos confirman que es una de las tres o cuatro grandes lenguas que canalizan las relaciones internacionales. Y su prestigio no hace más que crecer.

Qué lejos han quedado aquellos tiempos en los que, por ejemplo, el escritor alemán Lichtenberg (siglo XVIII) afirmaba del español que era “el latín del pobre”, o Voltaire, donde en el elogio fúnebre a la marquesa Du Chátelet, destacó que su antigua amante había llegado a dominar casi todos los idiomas menos el español, “porque le dijeron que no había más que un libro famoso en esa lengua, y era un libro frívolo”. Estas actitudes de desprecio llegaron a ser adoptadas incluso por nosotros mismos, los hispanohablantes, tan proclives siempre a lanzarnos piedras sobre nuestro propio tejado. Así, Borges, que consideraba al inglés como el idioma ideal, afirmó en su ensayo 'El idioma de los argentinos' que no existen ni “un gran pensamiento o un sentir” ni “una gran literatura poética” en español. El autor de Historia universal de la infamia, al menos, se apresuró a realizar la siguiente matización: “Confieso -no de mala voluntad y hasta con presteza y dicha en el ánimo– que algún ejemplo de genialidad española vale por literaturas enteras: don Francisco de Quevedo y Miguel de Cervantes”. Estaba en lo cierto, nuestra literatura en verdad que está considerada entre las mejores y más reconocidas del mundo.

De cualquier forma, el prestigio internacional del castellano ha ido subiendo peldaños, inasequible al desaliento y a pesar de no habérselo puesto nada fácil ni nosotros mismos con nuestras propias y sempiternas miserias, hasta constituirse hoy día en una de las dos lenguas más importantes del mundo respetada por todos aquellos que desean aprenderla: muchísimos, tantos que en no pocos lugares resulta del todo imposible cubrir tanta demanda. Somerset Maugham, ya en el siglo XX, dijo que “el español es la mayor creación literaria de los españoles”, y lo cierto es que su uso no ha dejado de ir en aumento, y lo que aún queda pues, además de los veintiún países hispanohablantes, hay otros dos, Estados Unidos y Brasil, donde nuestro idioma tiene una importancia creciente y sin ninguna duda va a resultar indispensable en todos sus ámbitos: cultural, empresarial... Resulta increíble que la lengua de tantos centenares de millones de personas repartidos por medio mundo que hoy la adoran se encuentre donde se encuentra (en una posición envidiable de uso, importancia en el aprendizaje y necesidad de empleo) pues, curiosamente, España ni siquiera impuso a los indígenas la lengua castellana, sino que fueron los misioneros españoles los que con mil esfuerzos y dificultades pusieron de su parte en aprender las distintas lenguas y dialectos de los indígenas en aquellos tiempos. Pero es como si el español estuviera "condenado" al éxito y en la actualidad... ahí está. Y no olvidemos de mencionar a China, país puntero que deseoso de mejorar sus relaciones con el mundo hispanohablante aboga por la formación en español de todos sus profesionales y donde la demanda de castellano es tan grande que resulta imposible de cubrir. Saber bien español es, pues, a la par de aportar miles de ventajas, un filón a la hora de encontrar tan solo un empleo.

Con todo, nos quedan asignaturas pendientes: Europa, donde su importancia en las universidades y en el mundo empresarial está todavía por detrás del inglés, el francés (cada vez menos) y el alemán; o
Internet, donde su uso, del 7 por ciento, está a años luz del 70 por ciento del inglés. Es por ello que nuestro idioma demanda del esfuerzo de todos: desde las Reales Academias pasando por universidades o empresas hasta llegar al usuario más común con tan solo una pequeña página web. No obstante, todo esto no son más que borrones que no empañan que el español (una lengua fuerte por lo unitaria que es -las diferencias son mínimas gracias al esfuerzo de nuestros académicos por adaptarla al dinamismo constante de las distintas sociedades donde es lengua común-) tiene una salud de hierro y un futuro envidiable.